En los jardines de las quintas a
mediados del siglo XIX, se podía observar la influencia del estilo paisajístico y el francés.
En el caso del estilo paisajístico, lo podemos observar
en la Quinta de Lezama, en la siguiente afirmación de Silvina Ruiz Moreno de
Bunge:
“(…)
la zona alta estaba recorrida por una red caminos curvos, por lo que puede
suponerse que era en esta parte donde se encontraba el jardín cultivado por
Lezama, mientras que de la barranca hacia abajo la vegetación autóctona había
quedado en estado más salvaje.”
El
estilo francés, se puede observar en Palermo de San Benito, por la siguiente
descripción:
“Pudo
Rosas entonces cumplimentar los requerimientos del parque ideal para la
jardinería pública francesa (…): combinar el geometrismo del jardín plantado
con la irregularidad del bosque natural, incluyendo equipamientos y servicios
para los nuevos usos”
Comenzaron a ingresar plantas y
semillas del exterior, en su mayoría traídas directamente de Europa. Algunas
quintas se destacaban por su colección de plantas recién llegadas al país. Como
por ejemplo la quinta de Lezama:
“La
fama de la quinta de Lezama provenía de la gran variedad de especies vegetales
que crecían en ella, inusual para la época; provenían de intercambios con
algunas quintas de Buenos Aires, o eran traídas directamente de Europa.”
A partir de casi mediados del
siglo XIX, comenzaron a trabajar en las quintas, jardineros europeos.
A mitad del siglo XIX, se introdujo la influencia italiana a la
arquitectura criolla, esta se podía encontrar en adornos que estaban vinculados
con este estilo. Como las casas, pequeñas fuentes, esculturas, entre otros. Se
puede observar en la siguiente afirmación de Ruiz Moreno de Bunge:
“Las
esculturas originales consistían en figuras de la antigüedad grecorromana (…).
Estas esculturas se apoyaban en pedestales de base rectangular de cara lisa o
con la figura de una corona de laureles.(…) caminos sombreados bordeados de
plantas, con las figuras de las Cuatro Estaciones en un cruce, y una calle con
copones de mármol apoyados en pedestales redondos lisos. También había unas
pequeñas fuentes de estilo italiano con surtidor de agua que volcaba en varios
pisos.”
En las estancias del siglo XVIII,
se podía observar la falta de árboles; a principios del siglo XIX comienzan a
incorporarse especies ornamentales. Como cita Ruiz Moreno de Bunge:
“Poco
a poco la flora de la región pampeana se fue alterando con la introducción de
especies motivada en las necesidades del hombre (…).”
Antes de mediados del siglo, las
casas eran sencillas por causa de los limitados recursos. No se observan
jardines en las estancias. Algunas casas comenzaron a agrandarse, en
algunas se incorporaron un patio interior, también tratado como jardín, con un
árbol para sombra, una parra, enredaderas o flores que poblaban el sector.
Surgieron construcciones que luego iban a ser típicas de las estancias:
“A
partir de 1838 hasta la década de 1880: la casa con galería de columnata
neoclásica, patio posterior y mirador (…).”
Entre ellos también se encontraba
el palomar, que servía para proveer alimentos.
A mediados del siglo XIX se podía
observar la influencia italianizante.
Tanto las casas de las estancias,
como sus parques, dependieron en su evolución factores socioeconómicos. En la
segunda mitad del siglo XIX, hubo varios factores que influyeron en el desarrollo
de los parques de las estancias, algunos de ellos fueron: el ferrocarril, que
gracias a él llegaron nuevas especies, herramientas, objetos artísticos y los
paisajistas; el alambrado, que fueron fundamentales para la contención de los
animales y poder proteger los cultivos; el molino, que transformó la
rentabilidad de las tierras y en consecuencia, se relativizara la importancia
de las aguadas naturales; los inmigrantes, que hicieron sentir su influencia en
los parques, ya que se proporcionó la mano de obra que los criollos se reusaban
a realizar. Aunque estos factores no se vieron reflejados en todas las
estancias:
“En
este contexto se da la evolución de los parques de las estancias. Evolución que
no fue homogénea y universal, porque no todos los estancieros daban la misma
importancia al parque.”
Tenían influencia europea, como
en el caso de San José:
“(…) me inclino a tipificar a los del Palacio San José como jardines
italianos(…)encontramos diversos elementos que convergen hacia lo que a fines
del siglo se denominó eclecticismo: hay similitudes con las villas pompeyanas
en el tratamiento de la vegetación dentro de los patios aporticados, con los
jardines de los palacios italianos de los primeros siglos, con el jardín de lostratadistas
del Renacimiento y del Manierismo, con el jardín español(influencia del agua en
el jardín italiano, canteros con senderos pavimentados) y elementos del jardín
francés clásico.”
A partir de 1880, las estancias
fueron rodeadas de parques con mayor elaboración, que contenían la clara
influencia europea. Se repetía en varios de ellos, elementos “pintoresquistas
europeos”. Se puede observar en la siguiente afirmación de la escritora, Ruiz
Moreno de Bunge:
“Los
elementos pintorescos más utilizados en los parques privados argentinos, tanto
de estancias como de quintas, fueron miradores, quioscos, puentes, bancos y
pajareras, realizados en estilo rústico."
En los parques argentinos se
observan muchas obras en estilo rústico: puentes, pabellones, bancos, mesas y
asientos.
En los parques del siglo XX,
figuran un “pabellón rústico” y un “puente rústico”. Los bancos (de piedra, o
de mármol como los que se ven en los parques ingleses), se los podía ver en
todo el recorrido:
“(…) Servían más bien de miradores que de punto
focal para ser vistos, pues no estaban acompañados de un fondo que le sirviera
de apoyo visual.”
Las esculturas también eran de
gran importancia en los parques, era raro que no se encontraran en ellos.
Podían representar animales o figuras humanas.
La presencia de paisajistas
europeos hizo que predominara el estilo mixto:
“La presencia de paisajistas franceses y alemanes
hizo que predominara el estilo mixto que se aplicaba en sus países de origen:
un ordenamiento formal cerca de la casa, y más paisajístico en el resto”
Hoy, casi cien años después de
que sean creados, ninguno de los parques de esta época sigue en su estado
original. Los grandes parques, se basaban en largos recorridos de caminos,
plantaciones de flores anuales y varias zonas bordeadas de cercos vivos
podados. Todos estos diseños tuvieron que ser borrados, se suprimieron algunos
de los caminos, se levantaron canteros y los cercos podados; los parques
tomaron un aspecto menos formal. Y las estatuas y las fuentes quedan
desvinculadas con la vegetación que las rodea.
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Parque Lezama en la actualidad |
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Parque Lezama en la actualidad |
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Parque Lezama en la actualidad
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