lunes, 14 de diciembre de 2015

Museo tradicionalista Fuerte Independiente

“Revivir el pasado, comprender el presente, construir el futuro”

 El Museo se encuentra en nuestra Ciudad, Tandil, comenzó como una asociación tradicionalista en 1955 para difundir la tradición argentina. El 7 de septiembre de 1963 se instala como el Museo tradicionalista e histórico siguiendo con los mismos objetivos. Las donaciones que recibieron fueron principalmente de las familias ilustres de la ciudad, estancieros y agricultores.
Consta de diecisiete salas, ocho en el interior y el resto en el exterior, contando sus últimos proyectos la renovación de Las Islas Malvinas y la construcción de la sala de Ciencias Naturales.
Al entrar al museo nos encontramos con un plano con la organización y la numeración de las salas, que se destacan por los nombres de las familias de reconocimiento local entre ellas se encuentran: Cte. Eduardo Olivero, Carlos Allende, Antonio Santamarina, Juan Adolfo Figueroa, Biblioteca Ismael Alonso, Sala Central, Pulpería, Farmacia y Monseñor Dr. Luis J. Actis. Las demás salas no poseen nombre.
Es un Museo que muestra desde que era un territorio salvaje y no se discutía por los derechos, hasta cuando Tandil nació y creció manifestándolo a través de fotografías, documentos, carruajes,
Elementos rurales, armas, vestimenta, entre otras cosas.
                                       Progreso de rebenques se encuentran en la tercera sala
                                      Ruedas de la primera carreta tirada por dieciocho caballos
                                          

Una tarde en el Central Park

Es el famoso parque central de manhattan en New York reconocido a nivel mundial, creado por Frederick Law Olmsted e inaugurado en 1873. Un espacio verde construido  en su momento para dar respuesta a la creciente inmigración y al brote de la Revolución Industrial, un gran proyecto con fines sociales como psicológicos en búsqueda de la estética pastoral y la vida tranquila, diseñado y pensado para una ciudad que llegaría a su industrialización. 


Posee varias lagunas de forma irregular en las cuales se practica diversas actividades por sus visitantes desde su contemplación hasta navegar en botes.  Se encuentra también un pequeño zoológico, se encuentra dividido en tres zonas bien distintas y aptas para conformar un correcto hábitat para los animales, se encuentra el tropical, poblado de bellas aves; templado donde habitan leones, monos y osos y el polar para apreciar a los pingüinos. Grandes áreas verdes son visitadas para tomar sol, recrearse y principalmente para la realización de actividad física como correr, caminar y andar en bicicleta.



Con respecto al diseño paisajístico de este gran pulmón verde, tanto el terreno como la vegetación son variados, ya que se presentan quebradas rocosas, valles,  pendientes y praderas planas ofreciendo interesantes vistas, creando espacios que alejan al visitante del ruido y del movimiento propio de una inmensa ciudad.








martes, 8 de diciembre de 2015

ESPECIES EN EL ÁRTICO POLAR



Especies en el ártico polar.

Las condiciones para el crecimiento de las especies en el  ártico polar son  muy variadas. Por un lado, las “plants communities” hacia el sur pueden ser muy ricas y variadas; caracterizadas por pequeños árboles y especies arbustivas de bajo porte. Cuanto más hacia el norte uno se vaya moviendo, la vegetación se ve más reducida  y escasa, hasta encontrarse con un verdadero desierto; aquí las plantas se encuentran esparcidas a lo largo de un terreno rocoso, donde prevalece el Liquen. La única “alfombra” de flores se encuentra debajo de los acantilados de las aves.


Durante los meses de invierno, las plantas necesitan descansar bajo la nieve y prepararse para emerger tan pronto la temperatura aumenta lo suficiente para favorecer su crecimiento.  La mayor parte de las especies de plantas tienen su época de floración al finalizar el verano, luego se protegen del invierno y se preparan para principios de primavera.

Para sobrevivir a las bajas temperaturas y los vientos helados, las plantas crecen cerca del suelo y muchas están compuestas por hojas pequeñas para detener la evaporación. Al crecer formando matas, las plantas se protegen de los vientos y el follaje verde oscuro de alguna de ellas, permite que reciban calor rápidamente, por lo que también el aire entre el follaje se vuelve más cálido (muchas veces alcanza hasta 20°C por sobre la temperatura ambiente, proporcionando una gran ventaja para la planta).

La mayor parte de las especies cuentan con estrategias de supervivencia:
La Silene acaulis tiene una raíz primaria muy profunda y coloniza el suelo dando una cobertura a las especies menos robustas.





El Sauce ártico (Salix arctica) se encuentra distribuido por todo el ártico en sus múltiples formas. Sus tallos, aunque no son de gran porte, tienen cientos de años y generan un bosque de menos de 6 cm de alto.
  







Tanto la Dryas octopetala, con su flor en forma de tazón, como la Papaver radicatum siguen el recorrido del sol para optimizar su calor. Son a su vez, un lugar de reposo popular entre los insectos polinizadores, ya que el calor se concentra en el centro de la flor. La Cassiope tetragona se desarrolla en orificios protegidos por una cubierta de nieve en invierno; que por otro lado, paga el precio de tener un período de crecimiento más corto mientras espera que la nieve se derrita.
 




La especie Pedicularis sylvatica, protegen sus preciosas flores con mucha cantidad de pelos plateados, dando una sensación de estar utilizando una cubierta térmica. Pero si de cubierta térmica hablamos, la más impresionante la ofrece una herbácea que se halla en el sub-ártico llamada Senecio congestus que alcanza el metro de altura y está cubierta con un largo pelaje blanco.


Líquenes y briofitas.

Estas especies se ven beneficiadas por las condiciones que presenta el ártico, en áreas donde parece no percibirse señales de plantas vasculares. Las mismas son de crecimiento lento y cualquier daño que se les cause tomara décadas para lograr nuevamente su crecimiento. 

En ocasiones, el suelo del extremo norte se cubre de líquenes negros.
La delicada Cladonia rangiferina (que en realidad es un liquen) crece mejor en el bajo ártico donde puede cubrir todo el suelo con sus luminosos y esponjosos tallos de colores claros.
 


Existen también otros líquenes de hojas naranjas brillantes (Xanthoria elegans) en lugares donde hay movimiento de aves, cuyos excrementos han fertilizado durante generaciones las superficies de las rocas.

FUENTE ORIGINAL:

TRADUCCIÓN: Sam Fonseca.

martes, 1 de diciembre de 2015

Plantas autóctonas

Las plantas autóctonas han sido la base de los ecosistemas por muchas generaciones, por lo tanto se encuentran perfectamente adaptadas a las condiciones climáticas del lugar.
La introducción de especies exóticas puede provocar serios desequilibrios en las relaciones fauna-flora-ambientales, con graves consecuencias.  Esto se observa, por ejemplo, en importantes áreas protegidas de nuestro país, como el Palmar de Colon en Entre Ríos, amenazado por el raudo avance de algunas especies tales como el árbol Paraíso (originario de Asia), el Crataegus y otras introducidas.
Afortunadamente, debido al creciente interés por la conservación de la biodiversidad, poco a poco se están utilizando plantas nativas en paisajismo y jardinería, ya que muchas de ellas poseen un gran valor ornamental. También las hay medicinales y comestibles. Pero algo muy importante además es que la presencia de plantas autóctonas “reconstituye” en parte las condiciones originales, haciendo que se incremente notablemente la presencia de aves y mariposas.

Una planta nativa de la provincia de Jujuy, es exótica en Bs. As. “El palo borracho”  (Ceiba insignis)  



Un árbol nativo originario de la pampa. Ombú (Phytolacca dioica)

 Una planta originaria del noroeste. Seíbo (Erythrina crista-galli)


La idea sería no es destruir a las plantas exóticas, ya que toda la flora nos brinda servicios ambientales básicos, tales como purificación de aire, protección del suelo contra la erosión, regulación hídrica, mitigación de ruidos, aislamiento térmico, entre otros.

A la hora de elegir, démosle a la naturaleza del lugar una oportunidad para regenerarse y así rescatar lo nuestro, recuperando parte de nuestra identidad cultural/natural perdida, con todas sus ventajas asociadas.